Hace más de un año que emprendí la aventura de dejar Buenos Aires y mudarme a Europa, más precisamente a Sorrento, una ciudad turística en el sur de Italia donde nació mi abuelo paterno. Impulsada por las ganas de vivir nuevas experiencias, cambiar un poco de vida y conectar con mis raíces, cumplí mi sueño de alejarme un poco de
Argentina para ver cómo es vivir en un país extranjero.
Luego de este largo recorrido, con altos y bajos, aprendí un montón de lecciones. Por eso, decidí escribir esta nota para contarles todo lo que me hubiera encantado que alguien me dijera antes de subirme al avión. Cada uno vive y siente las cosas de manera propia y es enriquecedor transitarlas uno mismo. Sin embargo, mientras más preparado uno puede estar para enfrentar el desafío de mudarse a otro lugar, mejor.
Sea cual se el motivo que te impulse a iniciar este viaje, me gustaría compartirte todo lo que aprendí durante el mío.
1- Hablar el idioma local es importante
Debo confesar que me horrorizo cuando leo artículos en los que aseguran que hay países en los que saber la lengua nativa no es fundamental. De acuerdo a lo que aprendí, este es un gravísimo error. Si bien es cierto que en muchas ciudades, especialmente en las grandes capitales, siempre se habla un segundo idioma, la realidad es que saber hablar y comunicarse en su lengua es algo muy importante, especialmente a la hora de tener que trabajar, estudiar o realizar papeles.
Cuando hagas un trámite, te quieras inscribir en un curso, buscar trabajo o hasta hacer las compras, vas a tener que interactuar con gente local, por lo que poder hacerte entender es fundamental. Además, desde las señales de la calle hasta los productos que compres en el supermercado van a estar escritos en su idioma, así que saber hablarlo, leerlo y escribirlo te va a simplificar la vida y hacer que puedas adaptarte más rápidamente.
Por suerte hay miles de maneras de empezar a estudiar un nuevo lenguaje. Desde cursos presenciales u online, hasta videos en YouTube, aplicaciones gratuitas o libros y páginas webs para aquellos más autodidactas. Con un poco de dedicación, vas a poder alcanzar un buen nivel y estar preparado para mudarte sin preocuparte por la grieta lingüística.
2- Elegí bien la ciudad a la que te vas a ir
No se trata solo de tener en mente el país en el que te gustaría vivir esta experiencia, la ciudad o el pueblo que elijas es algo relevante a lo que te recomiendo que le prestes atención. ¿Estuviste ahí antes? ¿Conociste, hablaste y entablaste relación con la gente local y te gusta cómo son? ¿Te interesa el estilo de vida del lugar? ¿Te resultan lindos y seguros los barrios y rincones que tiene? ¿Qué cosas te hacen feliz al estar ahí? Estas son solo algunas de las preguntas que deberías hacerte antes de tirarte de cabeza a la idea de mudarte. No es una tarea sencilla, pero es importante que estés seguro que vas a estar cómodo en ese lugar que elijas. Si bien siempre se puede volver atrás y mudarte de vuelta, no hay nada mejor que estar 100 por ciento convencido y con la certeza de que no te vas a topar con una sorpresa desagradable al aterrizar.
3- Hay que respetar las culturas ajenas
Uno no puede llegar a un lugar nuevo con la idea de querer cambiar sus costumbres. En la medida de lo posible, está bueno intentar comprender, interiorizar y respetar cada una de las tradiciones que tengan. No es tarea fácil y lleva un tiempo acostumbrarse. Siempre es una buena opción pedirle ayuda a las personas que vas conociendo para que te expliquen a qué cosas tenés que estar atento para no hacer sentir mal a ninguno y poder comenzar a introducirte correctamente en sus tradiciones.
4- No vayas sin un poco de organización
No todo en la vida tiene que estar sujeto a reglas, rutinas y planes. Sin embargo, a la hora de irte a un país desconocido, hay ciertas cosas que uno no puede dejarlas libradas al azar. Por ejemplo, si podés ya alquilar una casa o habitación antes de llegar, mejor, así ya tenés asegurado un techo y evitás malos momentos. Hay lugares en el mundo donde conseguir donde vivir no es tan sencillo, entonces la idea de ir buscando mientras te vas acomodando no es recomendable.
Lo mismo sucede con el trabajo. Por suerte hay un montón de herramientas on line como aplicaciones y sitios que te permiten inscribirte en búsquedas laborales alrededor de todo el mundo y que podrían ayudarte para llegar a este nuevo lugar ya con un trabajo que te va a dar un poco de estabilidad económica. Linkedin, Indeed, JobToday, Infojobs, son algunas de las más reconocidas.
Si tu idea es estudiar, tratá de ya haber hecho una pre-inscripción, de estar seguro de tener todos los documentos que necesitás y de asegurarte un lugar.
También hay cosas que deberías dejar en regla antes de partir de tu casa. Por ejemplo, ¿tenés contratos que tenés que cancelar como tu empresa de telefonía celular, una cuenta bancaria o los servicios de agua y luz de tu casa ? La mayoría de ellos se deben dar de baja con un mes de anticipación, así que no dejés esto para último momento y tratá de averiguar con antelación los pasos a seguir de cada una de esas empresas.
5- Vas a tener que ejercitar tu poder de adaptación
Las cosas no van a ser iguales a como eran en casa. Es importante que tengas esto en mente y que sepas que a veces los planes de los que hablábamos en el punto anterior, pueden fallar. Por eso, uno tiene que estar preparado para poder adaptarse a cosas que no se esperaba y que tal vez no son las mejores. A veces, para poder vivir en el lugar que soñaste, tenés que realizar algunos sacrificios y transitar momentos que no esperabas. Al final, cuando veas tus metas concretarse, vas a estar agradecido del camino recorrido.
6- Ahorrá y lleva dinero de reserva
Siguiendo en sintonía con el punto anterior, ya que sabemos que pueden haber desvíos en el camino, está bueno ya llegar lo mejor preparado posible. Si sucede algo con el trabajo, tu casa, etc. es mejor siempre tener algo de dinero de reserva en efectivo y en la moneda local, para poder salir adelante y solucionar cualquier inconveniente que pueda suceder.
7- Elegir bien qué cosas te vas a llevar
Armar las valijas nunca es una tarea sencilla y es más complicado aún cuando te vas a ir por un periodo largo. Sé sincero con vos mismo a la hora de elegir qué cosas te van a acompañar durante este viaje. Dejá todo lo que sabés que no usás normalmente y llevate lo más práctico que tengas. No te olvides de pensar en todas las estaciones del año, las diferentes actividades que realizás y qué cosas sabés que vas a necesitar.
Te recomiendo que prepares el equipaje con antelación y que le des prioridad. Armate listas, hacé una buena selección y guarda todo paso a paso. No quiero que les pase como a mí, que terminé armando la valija la anoche anterior y me dejé la mitad de las cosas. Después, tuve que torturar a todos mis amigos que vinieron a visitarme para que me vayan trayendo cosas que me hacían falta. Mejor organizate bien antes de irte y te lo vas a agradecer.
8- Prestá atención a los documentos que necesitás y los permisos de residencia
Para estar en regla y no tener problemas, hay muchos países que te piden papeles específicos para realizar distintos trámites, inscripciones, fijar domicilio, etc.
Certificado de nacimiento, de matrimonio, títulos de estudios, papeles y seguro de salud, y un sinfín de distintos documentos que pueden llegar a servirte. Hacé una lista para no olvidarte ninguno, especialmente porque muchos de ellos requieren que en tu país de origen los legalices y hasta tengas que traducirlos al idioma del país extranjero al que te vas a mudar. Averiguá bien esta información en los consulados de los destinos correspondientes.
Si tenés que hacer visas o permisos de trabajo, no te confíes con el tiempo y comenzá a tramitarlos lo antes posible, incluso hasta antes de comprar un pasaje de avión. Sin estar seguro de que vas a poder residir legalmente, no es aconsejable mudarse, ya que podés llegar a tener problemas de distintas índoles.
Otro trámite que hay que hacer es verificar la validez de tus tarjetas de crédito y débito. Si tenés efectivo en una cuenta bancaria, fijate si vas a poder utilizar en el exterior o si preferís extraerla y llevártela. Los sistemas cambian según el país, así que es mejor estar siempre informado.
9- Informate sobre el costo de vida del lugar al que vas a ir
Averiguá de cuánto es un salario mínimo, cuánto sale un alquiler mensual, los precios de los servicios e impuestos y hasta cuánto podés llegar a gastar en una compra básica de alimentos. Es interesante tener una base referencial de estos datos para entender cuántos ingresos necesitás para poder vivir tranquilo.
Casi todos los supermercados del mundo tienen sitios web donde podés chequear sus productos y costos. Los mismo sucede con los alquileres. También podés encontrar en Facebook un montón de grupos de personas de habla hispana que están viviendo en la ciudad a la que te vas a mudar. Podés consultarles a ellos todas las dudas que tengas sobre la vida diaria y, de paso, comenzar a entablar vínculos.
10- Organizá bien tu Curriculum Vitae
Antes que nada, chequeá de tenerlo en el idioma local. No te va a servir de nada tener uno hermoso en español si en la ciudad a la que vas se habla inglés. Averiguá cómo es la forma correcta de presentarlo en este país, cuáles son los datos esenciales y qué cosas sería mejor evitar. En general, hay modelos de CV correctos para cada país en Internet, así que solo te llevará un par de minutos poder encontrarlo y armarte uno prolijo para comenzar a enviar.
11- Vas a crecer, vas a cambiar, vas a aprender
Ufff, nunca vas a volver a ser el mismo que eras cuando te subiste a ese avión. Una vez que decidas cambiar de vida, las cosas que no van a volver a ser como antes y tenés que saberlo. Al estar lejos vas a terminar perdiendo el contacto con las personas que veías o hablabas todo el tiempo. Las relaciones fuertes seguramente se reforzarán, pero hay otras que con el tiempo se perderán. ¿Por qué sucede esto? El cambio de horario, la rutina, los cambios que vas a transitar interiormente y todo lo que conlleva mudarse, van a hacer que las situaciones se transformen y es normal dejar cosas o personas atrás en el camino.
No, la sensación de estar lejos de casa no es algo que se desvanece fácilmente. Hay domingos que te vas a despertar deseando estar en tu cama de antes, con ganas de abrazar a gente que vive allá o de sentir ciertos aromas que te hacían feliz. No es algo que uno deja de sentir.
Tenés que estar preparado para todo. Te vas a cruzar con gente muy buena pero con gente muy mala también. Vas a encontrarte disfrutando de cosas nuevas, emprendiendo nuevas aventuras, viviendo de formas que no te imaginabas. Hay días muy buenos y días muy malos. Es parte de la vida y está bueno tenerlo presente también en los momentos en los que uno se encuentra más sensible. Al final de cuentas, todo se acomoda y llegará el día en el que tu corazón va a estar dividido en dos. Vas a llamar casa a la que dejaste en tu ciudad de origen y a la nueva que construiste.
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